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Conceptos básicos

1. Definición y etimología de la palabra corrupción.

2. Tipos de corrupción.

2.1. Soborno.
2.2. Tráfico de influencias.
2.3. Peculado.
2.4. Fraude.

3. Incorrupción.

 

Actores

1.Corruptos

1.1. Las instituciones públicas y empresas privadas

1.2. Los  gobernantes y funcionarios que han desempeñado un cargo público.

2. Agravados.

2.1. Sociales.

           2.1.1. Clase alta.

           2.1.2. Clase media.

           2.1.3. Zonas marginadas.

2.2. Económicos.

           2.2.1. Reducción de los ingresos públicos.

           2.2.2. Reducción de la inversión extranjera.

2.3. Políticos.

           2.3.1. Partidos políticos.

           2.3.2. Poderes del estado.

3 Entes de solución y fiscalización.

3.1. La contraloría General de la República.

3.2. La población peruana.

 

Antecedentes

1. Referencias históricas sobre la corrupción política en el Perú.

2. Delimitación del período (1985-2000).

2.1. Corrupción durante el gobierno de Alan García.

2.1.1. Caso de los aviones Mirage.

2.2. Corrupción durante el gobierno de Alberto Fujimori.

2.2.1. Caso de los “Vladivideos”.

 

Datos estadísticos

​1. Corrupción y PBI.

2. Perspectiva de la corrupción – Encuesta de Ipsos Perú.

3. Ranking de Transparencia Internacional.

Cierre

1. Análisis del tema.

Se puede entender la palabra corrupción, según la RAE, como “la acción y efecto de corromper o corromperse”. Dicha palabra proviene del latín "corruptio" y está conformado por un prefijo (con), verbo (rumpere) y un sufijo (tio). El prefijo “con” se traduce como sinónimo de “junto”, el verbo “rumpere” significa “hacer pedazos” y, por último, “tio” equivale a “acción y efecto”.

Existen diversas formas de corrupción, pero si se observa el ambiente político del país a lo largo de la historia, se encuentra los siguientes cuatro puntos. En principio, esta el soborno, el cual es la práctica de dar algún tipo de incentivo, material o inmaterial, para conseguir beneficios de forma ilícita. En segundo lugar, el tráfico de influencias, este trata el aprovechamiento del estatus administrativo en el que se haya una persona para conseguir beneficios a favor de un allegado. Además, existe el peculado que se entiende como el hecho de conseguir una ganancia propia mediante la actividad de malversar el uso de los fondos públicos en agravio del Estado. Finalmente, está el fraude que se considera al hecho de engañar y perjudicar a la autoridad fiscalizadora ofreciendo información falaz para el lucro propio o grupal.

La RAE describe la palabra incorrupción como “pureza de vida y santidad de costumbres”, por lo cual, es el antónimo perfecto para la palabra corrupción. Entonces, dicha palabra tiene como significado el mantenerse firme siguiendo los lineamientos que da la ley, o en otras palabras, no permitir ni permitirse corromper, ya que de lo contrario se caería en malas prácticas.

Entonces, se entiende la corrupción como un problema social, es decir, todas las personas están involucradas. Sin embargo, el accionar de los actores involucrados varía en el desarrollo del problema.

Por un lado, están los corruptos, quienes corrompen o son corrompidos. En este sector se encuentran las instituciones públicas y empresas privadas, un sector influyente y de poderío social, que abusan de su cargo y exigen sobornos o comisiones. Por otro lado, están los gobernantes y funcionarios públicos, estos abusan de su poder e influencia al hacer un mal uso de los recursos financieros y humanos. Además, sobreponen sus intereses personales por encima de sus deberes y ética profesional.

Asimismo, los actores agravados, son aquellos que padecen las consecuencias. Por un lado, están los agravados sociales, pues se generan conflictos entre las clases. Por ejemplo, en la clase alta, se consolida el clientelaje político y se perpetúa la ineficacia de la burocracia. Esto impide contar con una administración pública eficiente. Mientras que, en la clase media se evidencia la desconfianza social, que se manifiesta durante protestas, huelgas y paros. Y en las zonas marginadas, se evidencia la incapacidad del país para invertir en programas que promuevan el desarrollo de este sector. Esto los obliga a la informalidad para poder subsistir.

También, se generan agravados económicos, ya que se reducen los ingresos públicos. Es decir, se devalúa el dólar en su tipo de cambio, además el PBI padece un declive. Asimismo, se reduce la inversión extranjera, ya que las relaciones humanas y sociales se vuelven menos confiables y competitivas a nivel diplomático e internacional.

Del mismo modo, se encuentran los agravados políticos, tales como los partidos; puesto que se evidencia la desconfianza social en este sector. Por otro lado, en los poderes del estado, se perjudica su buen funcionamiento, ya que se manipula la aprobación de leyes en beneficio de la corrupción y se desequilibran las políticas.

Finalmente, los entes de solución y fiscalización, tales como La Contraloría General de la República; la cual, es la máxima entidad encargada de la fiscalización del buen funcionamiento y manejo transparente de la gestión.

No obstante, la población peruana es el principal agente de cambio, pues es necesario construir una población con principios morales establecidos. Es decir, una población que tenga el compromiso de velar por el bienestar social, sin intereses de por medio. Por ende, se debe considerar la realidad, pero sin conformarse con ella, sino buscando ser un agente de cambio.

Sin embargo, actualmente la corrupción se ha ido desarrollando progresiva y considerablemente en la política peruana. Dicha corrupción tiene orígenes muy antiguos, pero para motivos explicativos se eligió delimitar el periodo comprendido entre los años 1985 y 2000. Esto es debido a que durante esos años ocurrieron los momentos más caóticos de la historia peruana, los cuales se vieron influenciados por la corrupción que ocurría, y dejaron una imagen de desconfianza de la sociedad a la política.

Uno de los casos de corrupción que causo mayor impacto en la opinión pública durante el gobierno de Alan García, fue el de los aviones Mirage, de los cuales se había hecho el contrato para adquirir veintiséis unidades con empresas francesas. Sin embargo, el actual ex presidente decidió modificar el contrato para solo adquirir doce unidades de dichos aviones. Según Carlos Malpica, autor del libro “Pájaros de vuelo alto”, Alan García tenía un contacto llamado Aberdarramán El Assir, el cual era un conocido traficante de armas. Así se acordó que el gobierno peruano, con el uso de derecho sobre los aviones que dejaba de comprar, orientaría su venta a otros países.

Finalmente, Alan dejó a El Assir a cargo de la venta, el cual los vendió a precios exorbitantes a países árabes, obteniendo ganancias por más de cien millones de dólares. Los cuales se repartieron entre los actores del negocio. Por otra parte, durante el gobierno de Alberto Fujimori, el caso de corrupción más importante, que también se considera como el inicio de la caída del régimen, fue el de los “vladivideos”. Estos videos fueron obtenidos de las reuniones del asesor presidencial Vladimiro Montesinos en las instalaciones del Servicio Nacional de Inteligencia (SIN). Evidenciando como él sobornaba a personas con poder (congresistas, personas de los medios de comunicación, dirigentes políticos, etc.) para que estuviesen a favor del gobierno. Pudiendo encubrir así, cualquier rastro de corrupción cometida con mayor facilidad.

Si se analiza algunas consecuencias de la corrupción, se obtienen aspectos interesantes y, a la vez, preocupantes. Según el libro de Alfonso W. Quiroz, “La historia de la corrupción en el Perú”, la corrupción afectó de manera muy negativa a la economía durante los últimos diez años. En otras palabras, el dinero desviado por esta mala práctica oscila entre el 4% y 7% del total del PBI.

Dicho lo anterior, la población no ha sido ajena a este tema. En una de las últimas encuestas de Ipsos Perú, el ciudadano peruano ve a la corrupción como el principal problema del país. Los diversos escándalos que involucran a funcionarios públicos, han hecho que las personas vayan perdiendo la fe en estas y opinen que el 47% de la mayoría de políticos son corruptos. Por otro lado, el 40% que todos lo son y, finalmente, solo el 13% indica que algunos lo son.

Pero si se habla en un sentido más global sobre la perspectiva de la corrupción en el mundo, el Perú ocupa el puesto 101 de 176 países en el índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional, desde el año 2016. Ello nos da mucho que pensar y nos muestra lo poco que hemos hecho durante todo este tiempo para erradicar este problema.

En síntesis, es evidente que la corrupción es un problema social, que involucra a toda la sociedad como agentes responsables. Por lo tanto, todos somos responsables de erradicarla. Sin embargo, las estadísticas nos confirman que este problema, se ha ido agravando con el paso de los años, y es tanta su evolución y continuidad, que la sociedad peruana vive en constante desconfianza política. Este aspecto es indignante para un país en vías de desarrollo, el cual a través de su historia a padecido la problemática de la corrupción. Y hasta el momento no se hace nada por erradicarla,sino que se contribuye en su crecimiento. 

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Caricatura que representa a la corrupción.

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Palabras que se nos ocurren cuando nos mencionen la palabra corrupción.

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Mofa a la juramentación de políticos. "Por Dios y por la plata".

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Los afectados por la corrupción: La sociedad.

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Ente que, en teoría, debe combatir la corrupción.

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Los "Vladivídeos". Inicio del fin de la corrupción en los 90'.

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"¿Cómo es la mía?". Frase de Alan García en la venta de los Mirage.

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Corrupción: Casos y pérdidas económicas.

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Ranking del Perú en el IPC.

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